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Carla, la Italiana

  En los campos de Cardales, bajo el cielo azul sin fin, Vive Carla, la italiana, con su alma llena de pasión. Aventurera y valiente, como el viento que susurra, Surca mares y nubes, en su búsqueda sin tregua. Conoce cada sendero, cada flor y cada rincón, En su mirada brillan estrellas, en su voz, sabiduría. Encuentra en cada rostro, un universo por explorar, Y en cada palabra, un puente para conectar. Carpe Diem, su lema, en cada alba y atardecer, Abrazando el momento, sin temor a perder. En su globo aerostático, desafía la gravedad, Volando alto, sin miedo, hacia la inmensidad. Y cuando el sol se oculta, y la luna dibuja su lienzo, Carla sigue siendo ella, en su mundo sin remiendo. Así es ella, un poema en sí misma, en cada latido, Una musa de aventura, en este mundo compartido. En los versos de la vida, su historia siempre escribe, Carla, la italiana, en la memoria perdura. En cada paso, en cada suspiro, su legado revive, En el corazón de quienes la aman, su luz sobrevive.

La Ultima Carta


En la vibrante empresa de correos, las tensiones entre los repartidores, pilares fundamentales de la operación diaria, eran evidentes.

La trama se desencadenó cuando se les presentaron innovaciones para optimizar la distribución y garantizar aún más eficiencia en las entregas. Sin embargo, un reducido grupo de repartidores, arraigados a métodos tradicionales, se opuso tenazmente a los cambios.

Decidieron elevar sus quejas al gremio, acusando a sus jefes de abuso de poder, maltrato, humillación y hostigamiento, sin contar con pruebas concretas que respaldaran sus alegaciones.

Estas acusaciones infundadas, carentes de veracidad y respaldo, surgieron de un gremio que eligió difamar y mancillar la trayectoria de sus jefes. A pesar de estas aseveraciones, los jefes persistieron con las mejoras, ajustando estratégicamente el proceso de implementación.

Finalmente, un día, aquellos repartidores que se resistieron al cambio, sin darse cuenta llevaron la ultima carta a sus propios domicilios. Al abrirla, quedaron sorprendidos al descubrir que el mensaje entregado por ellos mismos anunciaba su despido.

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